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De Estonia para el mundo El genio creativo de Arvo Pärt

Por Mario Saavedra

¿Qué llevó al estonio a encontrar ese estilo tonal austero, esos sagrados minimalismos, ese silencio indecible que toca
la belleza del espíritu? Vuele el lector a la luz oscura de tan místicas sonoridades y cante “My heart’s in the Highlands, my heart is not here”.

Este prolífico y talentoso compositor se dio a conocer con su ya singular partitura de juventud Necrología (1960), primera composición serial estonia que entonces incomodó a las autoridades soviéticas que veían en su autor a un músico diferente.

Junto con los norteamericanos John Adams y Philip Glass, y sobe todo el polaco Henryk Górecki, el estonio Arvo Pärt (Paide, 1935) figura entre los músicos más valiosos e interesantes dentro de la más bien desigual corriente contemporánea minimalista. Quien llamó la atención desde sus años de estudiante en el Conservatorio de Tallin, bajo la tutela de Heino Eller hasta iniciada la década de los sesenta, este prolífico y talentoso compositor se dio a conocer con su ya singular partitura de juventud Necrología (1960), primera composición serial estonia que entonces incomodó a las autoridades soviéticas que veían en su autor a un músico diferente, abierto a otros ecos e influencias que chocaban con las rígidas formas propagandísticas de un régimen autoritario.

Director de grabación en Radio Estonia entre 1957 y 1967, y más tarde autor de la música de innumerables películas que afianzaron su popularidad, Arvo Pärt encontraría refugio en la exploración minuciosa de los compositores medievales franco-flamencos, apasionada especialidad que a la postre influiría notablemente en la construcción de su tan personal estilo.

Arvo Pärt es creador de una obra que impacta y trasciende por su sólida raigambre, por el innegable talento creativo de su artífice abierto a múltiples formas y sonoridades, como resultado de un conocimiento profundo y puntual de los distintos lenguajes y voces que conforman el acervo de la música occidental desde sus orígenes.

Tras la búsqueda de una personal vena creativa rechazó pronto los modelos tradicionales y comenzó a utilizar primero el dodecafonismo y el serialismo de Schönberg, y más tarde un collage de materiales diversos, en un eclecticismo a ultranza.

Te invitamos a leer el artículo completo a continuación:

Bien se puede definir su estilo a través de un lenguaje tonal austero, de hondo lirismo y profunda belleza espiritual, con claras técnicas minimalistas y contrapuntísticas que son la esencia de su escritura.

Puedes encontrar más artículos como este en la Revista Quodlibet de la Orquesta Sinfónica de Minería:

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