Por HRJ
¿Qué nos dice la obertura de El barbero de Sevilla?
A pesar de un estreno desastroso en el que un cantante se rompió la nariz y un gato comenzó a maullar en el escenario, El barbero de Sevilla (1816) con el tiempo se convirtió en una de las óperas más queridas y representadas de todos los tiempos. El 30 de noviembre la Orquesta Sinfónica de Minería interpretará su obertura en la Sala Nezahualcóyotl bajo la dirección de Raúl Aquiles Delgado al lado de obras como el Bolero de Ravel.
Con motivo del concierto, te ofrecemos esta guía rápida hacia una obra que a través de espectacular música chispeante narra la historia de un conde que con la ayuda de un barbero consigue declararle su amor a una joven burguesa.
¿Qué tipo de ópera es El barbero de Sevilla de Rossini?
El barbero de Sevilla de Rossini es la ópera bufa más conocida de todos los tiempos. La “ópera bufa” es un tipo de ópera que surgió en Italia durante el siglo XVIII y alcanzó su apogeo en el XIX. Comenzó siendo una obra corta que se representaba a manera de intermedio entre dos óperas serias y poco a poco fue extendiendo sus dimensiones hasta alcanzar su independencia. Su principal característica es que tiene un tono cómico, muchas veces irreverente, que constantemente juega con el absurdo.
Frédéric Vitoux escribe:
“Con El barbero de Sevilla, la ópera bufa alcanza la cumbre de la maestría y el compositor trasciende dicho género (…) Rossini aprendió la lección de Cimarrosa, pero llegó a superarle. Ni un detalle de mal gusto, ni una repetición, ni una obviedad, ni un pasaje aburrido. Es la obra maestra en estado puro”.
¿Qué es una obertura operística?
En el mundo de la ópera, la obertura es una pieza instrumental que se interpreta al inicio, normalmente con el telón cerrado, y su contenido anticipa los acontecimientos musicales que vendrán, ya sea citando textualmente fragmentos de los pasajes principales u ofreciendo una atmósfera general de la historia.
Las primeras oberturas operísticas datan del siglo XVI, aunque entonces se les denominaba “sinfonías”. A principios del siglo XIX la obertura adquirió un papel fundamental dentro de la narración operística, al grado de que Beethoven escribió cuatro oberturas distintas para Fidelio, su única ópera. Hacia finales del del siglo XIX surgió una alternativa a la obertura operística conocida como “preludio”.
La diferencia es que mientras la obertura es un género cerrado (es decir, una obra independiente), el preludio es parte integral de la ópera y se encadena con la primera escena sin pausas.
¿Qué nos dice la obertura de El barbero de Sevilla?
Rápida, chispeante y encantadora, la obertura de El barbero de Sevilla arroja de manera fugaz y fascinante fragmentos de los principales ejes temáticos de la historia. Es una especie de ingenioso resumen musical sobre lo que está a punto de ocurrir en el escenario:
El conde de Almaviva por medio de sobornos y la ayuda del barbero Fígaro se hace pasar por el maestro de música de la joven burguesa Rosina, celosamente custodiada por su tutor (el doctor Bartolo), para declararle su amor y casarse con ella.
El libreto de El barbero de Sevilla está basado en la comedia homónima de Pierre-Augustin Caron de Beaumarchais, que a su vez antecede a Las bodas de Fígaro, comedia del mismo Beaumarchais que es el origen literario a la ópera homónima de Mozart.
¿Cómo fue recibida El barbero de Sevilla cuando se estrenó en 1816?
El estreno de El barbero de Sevilla en Roma fue un fracaso absoluto. Además de que la música no gustó a una mayoría del público, de acuerdo con las crónicas de la época la representación estuvo llena de accidentes: El cantante en el rol de Basilio se rompió la nariz en una caída mientras interpretaba un aria y un gato comenzó a maullar en medio del escenario.
Gran parte de este rechazo se debió al hecho de que en 1782 el compositor Giovanni Paseillo había publicado su propio El barbero de Sevilla, una ópera que a principios del siglo XIX era muy exitosa.
¿Por qué El barbero de Sevilla es hoy en día una ópera tan famosa?
Porque es música brillante, llena de inspiración y alegría, en la que se suceden momentos individuales inolvidables que se han convertido por sí mismos en clásicos de la historia de la ópera, como:
- “La calunnia é un venticello” (aria de Bacilo).
- “Una voce poco fa” (cavatina de Rosina).
- “Largo al factotum della cittá” (aria de Fígaro).
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