Fotografía: Cortesía para "La Nación" 2017
¿Quién fue Fanny Mendelssohn?
Por HRJ
Un 14 de mayo de hace 175 años murió Fanny Mendelssohn Hensel (1805- 1847), brillante compositora de la primera mitad del siglo XIX cuya música está llena de imaginación e ingenio.
¿Qué tipo de música escribió Fanny Mendelssohn?
La música de Fanny Mendelssohn destaca por su atrevimiento armónico e interés en temas cargados de misterio en donde la naturaleza es protagonista. Casi toda su obra está escrita para pequeñas dotaciones (piano solo, voz y piano, tres pianos y cuarteto de cuerdas) e históricamente representa un enlace entre los modernos románticos alemanes, como Robert Schumann, y los últimos representantes de la tardía escuela berlinesa, como Carl Friedrich Zelter.
¿A qué suena la música de Fanny Mendelssohn?
Escuchemos, por ejemplo, el Lied El vagabundo de la noche (basada en el poema homónimo de Joseph von Eichendoff), primera pieza de Seis canciones op.7 (obra publicada en 1848, un año después de su muerte).
El poema se divide en dos. Al principio, el vagabundo describe una pacífica atmósfera nocturna protagonizada por una suave luna lánguida que se desliza detrás de las nubes. Después el vagabundo revela la existencia de cierta tristeza en su corazón que lo confunde y marea, como si su voz •esa voz con la que canta• proviniera de las profundidades de un sueño. Ambas partes están separadas por el verso “de pronto, otra vez, todo luce gris y silencioso”.
Fanny le encomienda a un barítono la voz del vagabundo y comienza en tonalidad mayor a describir la noche; hacia el tercer verso, cuando se habla sobre las nubes, modula hacia tonalidad menor y la atmósfera armónica comienza a enrarecerse, cada vez más vaga, cada vez más lánguida, hasta llegar a la palabra “gris”. Ahí la música parece desintegrarse; entonces los acontecimientos retroceden al instante anterior y el barítono repite la palabra, como si pudieran ofrecer nuevas revelaciones al revisitarla: “gris”, y la voz, al volver a cantar lo que ya había cantado, se ensombrece hasta lo siniestro. Tras esta pausa extraña, tan semejante en su expresión al recuerdo de una pesadilla, la narración modula hacia tonalidad mayor y asciende lentamente, cada vez más consistente, cada vez más exaltada, hasta alcanzar panoramas más benignos dentro de lo que parece ser un mismo sueño.
