Quodlibet

Frida, las palabras y la ópera

Por Catalina Pereda
Fotografías de la ópera: Alfredo Millán

¿Cómo ir al corazón de las palabras de Frida Kahlo? ¿Cómo expresar, con el ritmo y el tempo precisos, tanto dolor en la inmovilidad? ¿Cómo habitar otra voz, otro cuerpo, otro espíritu en la representación operística sin perder la identidad? En absoluta comunión entre la música y las palabras, Catalina Pereda, talentosa cantante de ópera, nos presenta la experiencia del día a día en la puesta en escena de la ópera de toilette las Cartas de frida, que estuvo en el Teatro Helénico. Una sinfonía de voces discontinuas, híbridas y disonantes funde dos voces femeninas (la de Frida Kahlo y la de Catalina Pereda) en un solo espejo. La razón de la sinrazón nos adentra en la intimidad de la artista para descubrir sus ensoñaciones a través de una voz prestada: la voz de Frida.

“O voices, sublime voice, high, clear voices, how you make one forget the words you sing!”

– Catherine Clément,

Opera or the undoing of woman

La naturaleza del rapto operístico, de ese dejarse llevar por la voz humana hasta sus extremos, parecería hacernos olvidar las palabras y llevarnos a un estado de ensoñación donde ocurren las pasiones secretas y los sueños no revelados. El drama musical suspende la realidad cotidiana, dando paso a las expresiones más sublimes del inconsciente. Quizá sea por esta relación tan directa con nuestras emociones que comúnmente se les ha dado a las manifestaciones operísticas un estatus no lingüístico, donde la música ostenta una aparente primacía sobre las palabras y donde el peso dramático yace, si no exclusivamente, sí al menos principalmente en la música.

Las opiniones de los personajes de la ópera que consideran a los versos “siempre peores que la música”, y que juzgan que “si el texto es bueno o malo es irrelevante, de cualquier modo nadie lo entiende”, parecerían hacer eco de las voces que han resonado con más fuerza en los estudios de ópera de los últimos dos siglos.

A esta percepción de la primacía de lo musical sobre lo lingüístico le debemos el menosprecio y desdén que ha sufrido el estudio del libreto, al que se le ha visto, como señala David Levin en su libro Opera through other eyes, como una “encarnación de la banalidad poética, algo tan malo que inevitablemente habría que dejar atrás.»

Las cartas de Frida, de la compositora Marcela Rodríguez, es una obra de cámara […] donde son precisamente las palabras vueltas música, pero también las palabras vueltas imagen, vueltas papel, convertidas en escenografía, las verdaderas protagonistas que articulan esta historia.

Te invitamos a leer el artículo completo a continuación:

La experiencia escénica nos permite entrar en la vida de los otros y vivir otras vidas, habitar otras pieles, otras voces, explorar emociones ajenas a las cotidianas y vivir, aunque sea por un breve lapso de tiempo, experiencias distintas a nuestra vida cotidiana.

Puedes encontrar más artículos como este en la Revista Quodlibet de la Orquesta Sinfónica de Minería:

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