Quodlibet

Hablar de música

Por Alan Heiblum

El espectador busca algo en la música y no es insólito que lo encuentre, ya lo llevaba dentro y no se atrevía a expresar lo inexpresable. Alan Heiblum, con su singular sutileza de ingenio, nos acerca al infinito y verdadero lenguaje de la música a través de cinco casos: el ritmo en Kronos Quartet, el encuentro de cosmovisiones musicales distintas entre Philip Glass y los huicholes, la idea de infinito con las sinfonías de Beethoven, la hermenéutica gestual de la música y las metáforas de Aldous Huxley sobre los universos internos encarnados en la música y el silencio. Inicie usted un viaje místico.

“Cuando lo inexpresable tuvo que ser expresado, Shakespeare dejó su pluma y pidió música. ¿Y si la música también falla? Bueno, siempre podemos recurrir al silencio. Eternamente, siempre y en todas partes, el resto es silencio.”

Primer caso. ¿Ritmo?

El cuatro de diciembre de 2017 tuve la oportunidad de entrevistar a Foday Musa Suso en el programa Huesos y Flautas de la estación de radio independiente por internet nofm. Entre grandes risas hablamos de su colaboración con Kronos Quartet en el disco Pieces of Africa (1992). Suso relató que cuando a inicios de los noventa recibió la invitación para participar en el proyecto con una composición desconocía al cuarteto, así que les pidió material para tomar una decisión informada. El problema fue que mientras más escuchaba el material más lo encontraba carente “de ritmo”. El futuro del proyecto estaba a punto de venirse abajo cuando la última pieza llegó al rescate: “Purple Haze” de Jimmy Hendrix, finalmente algo “con ritmo”. Suso aceptó la invitación y nació la pista número 3 del álbum: “Tilliboyo” (atardecer).

De la anécdota se deduce que el material enviado fue el álbum homónimo Kronos de 1984, que contiene: el cuarteto n. 8 del compositor australiano Peter Sculthorpe; el cuarteto n. 3 “Algunos aspectos de la marcha fúnebre de Hintrik Peltoniemi” del compositor finés Aulis Sallinen. El cuarteto n. 2 del compositor americano Philip Glass, también conocido bajo el título de la pieza de Beckett “Company”.

El cuarteto n. 1 del compositor americano, luego mexicano y propio de la fantasía, Conlon Nancarrow. Por último, el arreglo para cuarteto de cuerdas de la pieza de Hendrix.

Te invitamos a leer el artículo completo a continuación:

Las palabras ordinarias nombran aspectos exteriores, los mundos interiores quedan simplemente fuera de su alcance. La música encarna estos mundos internos.

Puedes encontrar más artículos como este en la Revista Quodlibet de la Orquesta Sinfónica de Minería:

Publicaciones relacionadas

Silencios

Orquesta Sinfónica de Minería

La cultura del concierto y la “gran sinfonía”, por Walter Frisch.

Orquesta Sinfónica de Minería

Redimensionando a la gran diva del siglo XX: Maria por Callas

Orquesta Sinfónica de Minería

Dejar un comentario

X