Por HRJ
Construir una interpretación solvente de un concierto depende en gran medida de que entre la orquesta y la persona solista exista química. Al tratarse de un género que exige diálogos continuos entre el conjunto sinfónico y un instrumento particular, si las relaciones musicales entre ambos no son buenas, el resultado está destinado al fracaso.
En la historia de la música muchas veces ha sucedido que las mejores orquestas del mundo acompañadas de los mejores solistas del mundo ofrecen interpretaciones desastrosas de famosos conciertos. La explicación en estos casos es simple: la orquesta y la persona solista no se entendieron.
En este entendimiento, el director tiene una labor principal: la de explicar las características del sonido de la orquesta a la persona solista y explicarle a la orquesta las características interpretativas de la persona solista. Pero también se trata de un trabajo de conciliación. Por ejemplo, quizá el solista está acostumbrado a extender cierta cadenza a la mitad de un movimiento; entonces el director le puede pedir a la orquesta dejar libre ese espacio para el lucimiento.
Esta labor de acoplamiento en ocasiones resulta fatigosa y requiere decenas de horas de ensayos. Sin embargo, cuando resulta exitosa, el resultado es extraordinario. Y es que la misma estructura de un concierto ofrece la posibilidad de establecer una narrativa fluida, donde dos voces bien determinadas (orquesta y solista) realizan conversaciones, se preguntan y responden, lo cual da pie a crear discursos llenos de contrastes y pasajes memorables.
En los últimos años, una de las relaciones más afortunadas entre solista y conjunto es la de Philippe Quint, para muchos el mejor violinista del mundo, y la Orquesta Sinfónica de Minería bajo la batuta de Carlos Miguel Prieto, quienes a lo largo de los años han realizado múltiples colaboraciones en diversos escenarios, sobre todo de México, que han cautivado a miles de espectadores y críticos por establecer una química hipnótica, donde Minería y Quint se conjugan de una manera natural para conseguir un sonido de excelencia.
Afortunadamente esta colaboración magnética se registró en audio y publicó en un álbum editado por el prestigioso sello Naxos que contiene una de las obras que más han interpretado de manera conjunta: el Concierto para violín y orquesta en re mayor de Erich Wolfgang Korngold (1897-1957).
Esta grabación llamó rápidamente la atención internacional y consiguió, en 2010, un hito para cualquier orquesta mexicana: Obtener una nominación al Grammy.
¿Qué tan impresionante es la química entre Philippe Quint con Minería?
Tanto que fue nominada al Grammy.
Basta con ver este video de uno de los ensayos de la Temporada de verano 2019.
Sin embargo, el poder de esta alianza alcanza su máxima expresión en vivo, lo cual sucederá los días 21, 22 y 23 de junio en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM, el Centro Cultural Mexiquense Anáhuac y el Centro Cultural Teopanzolco de Morelos, respectivamente.
No puedes perdértelo. Te invitamos a presenciar al lado de tu familia una de las alianzas musicales más impactantes del siglo XXI: Philippe Quint y Minería.
¿Te gusta este tipo de contenido?
Continúa apoyándonos para seguir compartiendo contigo.
Concierto Música de John Williams
Sala Nezahualcóyotl
Concierto Música de John Williams
Sala Nezahualcóyotl
Concierto Música de John Williams
Sala Nezahualcóyotl
Concierto Música de John Williams
Sala Nezahualcóyotl