Por HRJ
La beatlemanía (término que ya acepta la RAE) eclipsó gran parte de la producción musical de la década de los sesenta del siglo XX. Pero, ¿qué pasaba en la música clásica mientras The Beatles cantaban? En la Orquesta Sinfónica de Minería nos hemos dado a la tarea de seleccionar las fechas de lanzamiento de cinco icónicos álbumes de estudio de la banda inglesa y ofrecerte una introducción a trascendentes partituras clásicas compuestas en esos mismos años.
I
A Hard Day´s Night (álbum publicado por The Beatles en 1964)
Cuarteto de cuerdas núm. 4 (1964) de Giacinto Scelsi (1905-1988)
“Toda mi música y mi poesía han aparecido sin apenas pensamiento alguno”, esta confesión de Scelsi ofrece una clave de su arte: se trata de música abstracta, sonido por sí mismo, ajeno a cualquier referencia extramusical.
Su personalidad era esquiva, rayana en lo hostil. Evitaba ser fotografiado y no daba entrevistas. Sobre su biografía se sabe muy poco, aunque parece ser un hecho que perteneció a un linaje aristocrático italiano.
Su pasión por el sonido en sí mismo lo llevó a escribir música de planteamientos radicales y su Cuarteto de cuerdas núm. 4 es quizá el más sorprendente ejemplo de un hecho sonoro puro, donde cualquier idea está completamente ausente.
II
Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band (álbum publicado por The Beatles en 1967)
Romanza sobre poemas de Blok (1967) de Dmitri Shostakóvich (1906-1975)
Shostakóvich se basó en los poemas que Alexander Blok le escribió a la actriz Galina Vishnevskaya para dedicarle a su vez una serie de romanzas para piano y soprano, que estrenó la misma Galina en un concierto casero con Shostakóvich al piano.
Con respecto a la obra, Galina dijo: “(es) una obra de agónica belleza… él parece contemplar su trayectoria vital como si desde la bóveda celeste se condujera a sí mismo hacia esos valores espirituales que por sí mismos dan valor a la vida”.
III
The White Album (álbum publicado por The Beatles en 1968)
Cuarteto de cuerdas núm. 2 (1968) de György Ligeti (1923-2006)
Durante la segunda mitad del siglo XX, Ligeti destacó como un compositor que desarrolló un lenguaje completamente personal, pero en transformación constante. Es decir: individual, suyo, pero jamás repetitivo.
Él mismo consideró su Cuarteto de cuerdas núm. 2 como una de sus mejores creaciones. Sobre su estructura, dividida en cinco movimientos internos, confesó haberse inspirado en las distribuciones formales de las obras de Beethoven y Bartók, y la describió como “expresionismo ultracongelado”.
La partitura contiene notas de carácter sumamente expresivas en cuanto a las intenciones con la que deben abordar los intérpretes esta partitura; por ejemplo: “tocar como posesos”.
IV
Abbey Road (álbum publicado por The Beatles en 1969)
Concierto para orquesta (1969) de Elliot Carter (1908-2012)
Carter escribió esta obra como encargo de la Orquesta Sinfónica de Nueva York y su director, Leonard Bernstein. Su intención fue transmitir musicalmente las sensaciones de intensas transformaciones sociales y culturales que se percibían en la atmósfera de la vida estadounidense a finales de la década de los sesenta del siglo XX.
Para reflejar esta idea se basó en el poema Vientos de Saint John Perse, en el que encontró: “expresivas descripciones de Estados Unidos barrido repentinamente por fuerzas en constante transformación parecidas a los vientos, que remodelaban o destruían el pasado e introducían lo fresco y lo nuevo”.
V
Let It Be (álbum publicado por The Beatles en 1970)
Concierto para violonchelo y orquesta, Tout un monde lointain… (1970) de Henri Dutilleux (1916-2013)
Durante la segunda mitad del siglo XX constantemente los críticos musicales definieron la música de Dutilleux como “onírica”, a causa de una intensa exploración en torno a la posibilidad de provocar la sensación de movimiento a través del sonido, creando efectos sonoros complejos y enigmáticos.
Por ello no sorprende que continuamente su música partiera de imágenes literarias, como es el caso de este concierto para violonchelo, cuyo origen nace de una frase de un poema de Baudelaire que dice: “Todo un mundo ausente, lejano, casi muerto”.
Está compuesto por cinco partes donde cada una lleva en el título la evocación que busca crear la música: Enigma, Mirada, Marejada, Espejos e Himnos.
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¡Llegó la Primavera Sinfónica! ✨☀️❤️🔥






