Por Gerardo Piña
En esa Viena de esplendor, que favorecía encuentros imprevistos, el devenir de la música cambió del bajo continuo del Barroco al contrapunto y la disonancia del periodo clásico. ¿Cómo se gesta esa transición musical? Las fugas de Johann Sebastian Bach fueron las semillas del nuevo pensamiento musical de Mozart, en el que se forjó la luz de varias melodías autónomas en una unidad mayor.
Mozart llevaba la partitura de una obra que acababa de componer. Ésta sería la primera de unas cuantas en las que incluiría el contrapunto como el elemento central, es decir, donde se apreciaría la influencia más directa de la música de J.S. Bach.
Sin duda, el primer vínculo entre Johann Sebastian Bach y Mozart fue la amistad entre Johann Christian Bach, hijo de J. S., y Mozart. Sin embargo, a diferencia de su padre, J. C. Bach formaba parte de una generación de músicos que eran también empresarios.
Me parece que el primer momento en que podemos hablar de un diálogo musical entre J. S. Bach y W. A. Mozart fue un domingo por la mañana de 1782, en Viena. Wolfgang Amadeus Mozart tenía entonces 26 años de edad.
A las diez de la mañana debía llegar a una cita con el Baron van Swieten, quien fuera el representante de la corte de Viena en Berlín y ahora era el director de la Biblioteca Real. Mozart llevaba la partitura de una obra que acababa de componer. Ésta sería la primera de unas cuantas en las que incluiría el contrapunto como el elemento central, es decir, donde se apreciaría la influencia más directa de la música de J. S. Bach.


Mozart tocó el final de la melodía con una nota más alta, una que no correspondía a la tonalidad en la que estaban tocando y que producía una sensación de disonancia […] esa sensación generó una gran expectativa.
Te invitamos a leer el artículo completo a continuación:

Puedes encontrar más artículos como este en la Revista Quodlibet de la Orquesta Sinfónica de Minería: