Por Miguel Zenker
¿Cuál es el devenir de los instrumentos en la Nueva España? ¿Por qué es importante volvernos a preguntar sobre la música tradicional? Miguel Zenker va a la esencia de la tradición para traernos hasta nuestro presente los valores de la colectividad indígena y novohispana. Zenker va en busca del significado de violines rarámuris, jaranas huastecas y jarochas, guitarra del conchero, rabeles huastecos y teenek y más instrumentos a través de un pensamiento interdisciplinar para recuperar la memoria musical de México. La modernidad es más antigua de lo que creemos.
Formados con sumo rigor, un músico en las culturas prehispánicas era considerado de carácter divino, con un gran dominio en la construcción de sus propios instrumentos; además, contaban con una asombrosa memoria.
Desde el comienzo de la Conquista, los españoles se percataron de que a los indígenas les atraía enormemente la música. Formados con sumo rigor, un músico en las culturas prehispánicas era considerado de carácter divino, parte de las autoridades supremas, con un gran dominio en la construcción de sus propios instrumentos: alientos, huéhuetls (tambores) e instrumentos de percusión; además, contaban con una asombrosa memoria, pues tenían que dominar los cantos existentes, sin cometer errores, componer nuevos y conocer el proceso ritual al pie de la letra; un error les podía costar la vida.
La conquista se desarrolló, en general, en dos fases: la primera, militar, con argucias para conseguir alianzas con cierto grupo de indígenas, y luego la espiritual, es decir, la conversión al cristianismo, con el fin de lograr un total, o al menos el mayor dominio de los sojuzgados. En lo espiritual, la música, ligada al oficio religioso, fue crucial. Para ello, se establecieron dos escuelas, una en Texcoco y la otra en la naciente Ciudad de México, capital de la Nueva España, edificada sobre las ruinas de la cultura mexica, emblema del fin de una cultura que se tuvo que desvanecer.
Desde el principio de la Colonia, los indígenas comenzaron a hacer de las suyas en la misa, introduciendo cantos, indumentaria y bailes propios de su cultura ancestral, lo cual, los curas lo permitieron en un inicio, con tal de que participaran en la misa.
Los instrumentos construidos por los indígenas
Los indígenas introdujeron los instrumentos de origen español que aprendieron a hacer en sus comunidades, menos controladas por las autoridades virreinales. Dentro de ellas, continuaron sus ritos, camuflando sus dioses con nombres cristianos, y tocando con los instrumentos que aprendieron a construir. Siguiendo la idiosincrasia prehispánica, sus músicos, su música y sus instrumentos fueron considerados de carácter divino. Ante ello, cualquier cambio requería una aceptación de los máximos representantes religiosos. La música fue cambiada en un inicio, aparentemente, pues requiere de mucha investigación todavía (parte está en proceso); pero podemos encontrar numerosos indicadores, tanto en nombres (¿vinuet = minuet?), como en ritmos; los instrumentos no, o muy poco. De esta manera, tenemos ahora ejemplares de instrumentos tradicionales en las culturas indígenas que prácticamente tienen las mismas características de los europeos del siglo xvi o principios del xvii, lo cual demostraré más adelante en el ejemplo del violín rarámuri.

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Las nuevas tecnologías, más las percepciones culturales externas, orillan a la población a adoptar patrones culturales enajenantes, principalmente a los jóvenes que ya no quieren seguir con las tradiciones ancestrales de su pueblo natal.

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