Entrevista con Carlos Miguel Prieto.Tercera parte.
Por HRJ
Durante la Temporada de verano 2022 de la Orquesta Sinfónica de Minería se interpretarán tres obras escritas por compositoras vivas: Gabriela Ortiz (1964), Joan Tower (1938) y Kaija Saariaho (1952).
Hablamos con Carlos Miguel Prieto, director artístico, sobre música contemporánea y su interés por comisionar y difundir constantemente obra nueva.
Durante la Temporada de verano 2022 se interpretará música de Tower, Saariaho y Ortiz, tres de las compositoras más importantes de nuestro tiempo…
Sí, su influencia en la música contemporánea es mucha. Y son tres compositoras muy diferentes entre sí, que pertenecen a generaciones distintas, Gabriela Ortiz (1964) más joven que Joan Tower (1938) y Kaija Saariaho (1952)
Joan Tower tiene un lenguaje muy estadounidense, muy rítmico, además de ser una de las primeras personas en reaccionar al movimiento que llamamos Me Too. De hecho la pieza que vamos a interpretar de ella se llama Fanfarria para la mujer poco común y es una reacción a que la gran fanfarria estadounidense por muchos años fue la Fanfarria para el hombre común (escrita por Aaron Copland en 1942).
Por su parte Kaija Saariaho es una inspiración increíble. Es una compositora finlandesa cuya música tiene una enorme influencia francesa. En la temporada interpretaremos su obra Asteroide 4179: Toutatis.
Y a Gaby Oritiz la conozco muy bien, es parte del consejo asesor de Minería, y me une una gran amistad con ella. Artísticamente tiene una voz propia y no la puedo relacionar con nada más que a sí misma. La obra que vamos a interpretar es larga, se llama Téenek – Invenciones de territorio y dura cerca de 20 minutos.
Pero no están en nuestra programación por ser mujeres. Yo no pienso así. Las obras están en nuestra programación por su calidad musical.
Además de Téenek – Invenciones de territorio de Gabriela Ortiz, la programación contempla más música mexicana: los conciertos para piano de Manuel. M. Ponce y Ricardo Castro y La noche de los mayas de Silvestre Revueltas…
Me emocionan mucho esos dos conciertos románticos para piano que mencionas, los de Castro y Ponce, que además van a estar interpretados por el pianista mexicano Jorge Federico Osorio, que siempre es un privilegio trabajar con él. También me gusta el hecho de hacer La noche de los mayas, que es una obra que todos conocemos bien y queremos mucho. Quizá en otro momento nos hubiéramos preguntado ¿otra vez? Pero ahora, en esta circunstancia tras la pandemia, es una obra que vamos a disfrutar. En Minería siempre hemos tocado música de gente nacida en México, y mucha obra contemporánea que nosotros mismos comisionamos (como a Gabriela Ortiz, Mario Lavista, Víctor Rasgado, Federico Ibarra, Joaquín Gutiérrez Heras o Luis Herrera de la Fuente). Yo soy mexicano. Crecí en México y vivo parte del año en México. Pero mi pasión por la música es internacional. Pero da la casualidad de que en México hay voces muy interesantes en la composición. Y ha sido siempre una oportunidad increíble colaborar con compositores. Acabo de hacer, por ejemplo, una semana de música de Gabriela Ortiz en Inglaterra e hice también una obra de ella en el Carnegie Hall. Yo no me puedo imaginar que una orquesta mexicana no comisione obra a sus compositores vivos. A veces el límite en cuanto a programación tiene que ver con otras cosas, con asuntos financieros o logísticos.
¿Existen personas compositoras con las que no te identificabas al principio de tu carrera y ahora sientes afinidad?
Al principio de mi carrera sentía una afinidad muy curiosa por los compositores finlandeses y en general nórdicos. Luego los dejé durante un rato y ahora me está regresando ese gusto con bastante venganza. Te estoy hablando de por ejemplo Nielsen y Sibelius. Es música que me dice mucho. Entonces siento que por ahí está regresando algo misterioso. Y por eso está aquí, en esta temporada, la presencia de Kaija Saariaho.
Si me preguntas si hoy comprendo a alguien que antes no comprendía, yo te diría que sí, evidentemente sí, pero como siempre he estado tan abierto a hacer cosas, más que nada mi búsqueda ha sido lineal. En los últimos años he hecho mucha música de compositores afroamericanos en Estados Unidos y eso sí ha sido un descubrimiento absolutamente fuera de lo común. Lo mismo me ocurre con música clásica de la India, que acabo de hacer un programa en Inglaterra. Y ahí es como estar desnudo, porque no sabes nada al principio. Y eso ha sido un reto fabuloso porque estás sin poder decir nada recibiendo información de gente que tiene una gran relación con esa música y que me está enseñando desde cero. Y eso para mí ha sido súper interesante últimamente.
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